3.2.12



Yo, que te di todas mis noches a vos, sin lamentos ni reproches. Te di, en las noches y los días, mis mejores melodías en las olas más tremendas de mi vida. Yo te espero todavía, yo creo que el olvido es una fantasía. Y así, destinado a padecerte sigo loco como siempre, inventando lo que sea para verte. En un rincón de mi memoria, sobran noches de tristeza, poca gloria, y soledad. Y en el hueco de los años más dorados caben tus ojos prestados y un adiós para olvidar. Pastillitas del olvido, tengan el recuerdo vivo de la noche que la vi bailar. Se movía como loca, inestable y caprichosa, y era... triste como mi cudad, como mi ciudad..

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