.Le puso el pecho de arranque, erizándole la piel. Con chamullos elegantes,
le pinto el mundo al revés. Al son de esa guitarra, él caminó, con esa sonrisa de nene
contento, con esos ojos caídos del cielo, tapados por una mata de pelo y con la mirada de esa señorita en su nuca. Y desde ese día ella se propuso, se juró que ese nene encerrado en cuerpo de macho sería suyo cuando entienda que quería por que él no sabía nada de nada, era un esclavo de su piel.
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